El 2
de abril de 1982, tropas argentinas desembarcaron en las islas Malvinas con el
fin de recuperar la soberanía que en 1833 había sido arrebatada por fuerzas
armadas de Gran Bretaña. A pocos días del desembarco y toma de las islas por
parte de la tripulación argentina, la entonces primera ministra de Inglaterra,
Margaret Tatcher, envió una fuerte dotación de militares ingleses para dar
respuesta y desplazar a la milicia argentina.
El conflicto
bélico resultó ineludible. Si bien fue corto, duró alrededor de dos meses y
medio, tuvo resultados contundentemente trágicos: 649 bajas argentinas y más de
500 suicidios motivados por secuelas y traumas de posguerra.
El
desalentador escenario político, social y económico que Argentina protagonizaba
en ese entonces, funcionó como principal motivación para que la dictadura
cívico-militar decidiera, de forma apresurada y sin mayores estrategias
militares, realizar un acto patriótico y heroico que mejorara su imagen como
gobierno. Sin embargo, el fracaso y derrota de las tropas argentinas deterioró
aún más su imagen.
A
grandes rasgos, la realidad de la guerra de Malvinas no fue otra que la de una
clara desventaja de la milicia argentina frente a las fuerzas inglesas, que
estaban mejor preparadas y contaban con un armamento superior en fuerza.
Nuestros soldados, jóvenes que fueron alistados de forma obligatoria y otros
que lo hicieron voluntariamente, fueron mantenidos en precarias condiciones
durante los meses en que se produjo la guerra. La falta de comida, de armamentode
comunicación, de directivas claras y coordenadas precisas, fueron moneda
corriente para una misión de semejante calibre.
En
noviembre del 2000, a través de la Ley 25.370, el día 2 de abril fue declarado
Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas en homenaje a todos los combatientes
caídos y los sobrevivientes de la guerra de Malvinas y sus familiares.
Actualmente, la
disputa por estas tierras se realiza de manera diplomática y forma parte de las
agendas en cumbres presidenciales en las que varios países latinoamericanos y
del mundo adhieren al reclamo argentino por la soberanía sobre las islas
Malvinas.
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