Cada año, desde 1974, el Día Mundial del Medio Ambiente se celebra el 5 de junio con la participación de organizaciones sociales y políticas en un esfuerzo por abordar los más apremiantes problemas socio-ambientales.
Se instituyó este día con el objetivo de contribuir a crear conciencia acerca de la necesidad de proteger y mejorar el medio ambiente del que formamos parte y que, debido al modelo de producción actual que prioriza la ganancia por sobre a salud, es agredido día a día.
La solución a los atentados ambientales por culpa de la cementación urbana (la construcción indiscriminada de edificios y de plazas con más cemento que pasto y árboles, el asfaltado de calles adoquinadas, etc. que un gran problema en la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires), de la megaminería, de la extracción de hidrocarburos, del monocultivo, del calentamiento global, de la desertificación, de la suba del nivel del mar por derretimiento de los casquetes polares y de la migración de millones de personas forzada a causa de estas cuestiones va de la mano de la concientización y acción colectiva que empieza desde pequeñas/os.
Urge organizar a escala global una transición energética en el que las actividades económicas se basen en el uso de energías renovables (viento, agua, rayos solares, biomasa, etc.) y en una planificación racional de fabricación y distribución de los bienes de consumo y de la construcción de ciudades.