Ser bibliotecarix va más allá de trepar por letras y palabras que habitan en los libros. Es acercarlas con sentido solidario, con ansias de compartir y abrir arco irisaunque cursi- en papeles de papel.
Ser bibliotecarix es el nexo que sostiene el conocimiento en las manos y mentes hambrientas de saber, de aventuras, de números, de valles, de planetas, de gliptodontes, de arte, de canguros bebés.
Ser bibliotecarix es la razón más válida que el Hombre tiene al decidir qué, en su vida quiere que los libros sean sus compañeros inseparables y, aunque no sepa que contienen todos los libros del universo, se conforma con entregar un universo en cada libro.
Ser bibliotecarix es una profesión es verdad pero, para quienes día a día cruzan la mirada con alguien que solicita un libro, se la transforma, esa simple acción, se convierte con una barricada ganada al tedio de la sociedad actual, es sacarle la lengua a los enemigos del conocimiento y, es fundamentalmente, entregar una herramienta de valor incalculable.
Bibliotecarixs, deseo que las bibliotecas se multipliquen, así como las galaxias lo hacen, que en cada rinconcito del mundo exista un libro donde tirarse a soñar, y así como las tablillas de Sumeria gritaron su contenido oculto, yo quiero que la palabra escrita esparza su simiente, de la misma manera que las abejas esparcen el polen de las flores en primavera.
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